Existen también los packs Alcohol, Nitrous, Peyote y Cocaine. Como el delivery de la farmacia, pero sin tener que bajar a pagarles. Y eso incluye la promo XXX, con las dosis de “Excite”, “Extend” y “Extasis” necesarias para hacer chanchadas con el MP3 colgado del cuello, en el asiento del fondo del 188. El crédito, de todos modos, no hay que dárselo a I-Doser sino a Enrique Dove, que acuñó el término binaural beats en 1839, al documentar el método para reproducir dos sonidos parecidos en distintas frecuencias, logrando alteraciones en la percepción.
Aunque I-Doser puede ser visto como un traficante de estupefacientes –porque escuchar los tracks viendo proyecciones de fractales en el Media Player tiene su empuje psicoactivo–, existe su contrapartida de Software Libre: SBaGen, un “laboratorio experimental de ondas biaurales” de código abierto y descarga, uso y adicción gratuitos. Lo interesante es que muchos adeptos a esta droga virtual se pusieron a explorar y a reescribir tracks, generando una amplia oferta de ondas de libre circulación. Algo así como lo que quiso hacer Bernard Marx en aquel relato de Huxley: liberar mediante la socialización del conocimiento neurocientífico.
“Cuando las puertas de la percepción se abran, las personas verán
las cosas tal como son: infinitas”. Aldous Huxley (1954).
“Cuando el cuadro de diálogo se termine de cargar,
hacé clic en aceptar y relajate”. I-Doser (2008).
Para bajarte el idoser: